sábado, 6 de noviembre de 2010

¡300! (O MÁS) EN LA PLAZA DE NEPTUNO

Pues acá estaba yo, haciendo zapping en la televisión (qué quieren, uno también tiene su lado oscuro), apenas acabando de digerir la cena cuando me he topado con la "cadena amiga", ya saben, ésa que tiene mala rima. . . Pues eso, que me encontraba en pleno proceso de digestión cuando escuché la noticia: al parecer se estaban concentrando, en la plaza de Neptuno de la capital madrileña un elevado numero de personas, y cada vez se sumaban más al lío."¡Ya está!", me dije, "Ya se ha armado el jaleo. Al personal ya se le han inflamado las meninges y se están concentrando, cual alzamiento Comunero, para leerles la cartilla, por activa y por pasiva, a nuestros insignes gobernantes, y por ponerles mirando hacia Cuenca mientras cantan "La bien pagá". Sonrío mostrando los dientes con gesto lobuno y pienso que el ejemplo de nuestros hermanos griegos se ha esparcido como la pólvora hacia el otro extremo del mediterráneo."¡Que ya era hora, rediez!, que para eso vinimos de donde venimos y en nuestros genes ya comienza a hervir la herencia grecolatina". Que digo yo que para algo se partieron la cara esos trescientos armarios roperos, hinchados de esteroides hasta las orejas contra las tropas del tal Jerjes en las Termopilas. . .

¡Por fin!, la proclama de nuestros paisanos helenos se ha hecho realidad y el pueblo de Europa se está uniendo para fletar unas cuantas pateras y subir a sus mandatarios para enviarlos al fin del mundo donde les esperan bestias monstruosas y criaturas abisales (¡ah!, ¿ que la tierra no es plana?, ¿ qué es redonda y cuando se acaba el mar uno se encuentra en las Indias?. Señores políticos, pónganse de acuerdo de una vez por todas, que el sistema educativo pide a gritos una reforma. . .). Pues nada, que el pueblo se une para enmendarles la plana a toda la tropa de soplacirios y cantamañanas que se ponen al frente de nuestros gobiernos cada día. . . De todas maneras pienso: "¿ Por qué nuestros hermanos griegos esperaron tanto para sacar a la calle la bandera olímpica?", pero en ese momento me acerco a un espejo y recuerdo en qué país vivo y que no tenemos el corral como para dar ejemplo de orden y limpieza. . .

Y es entonces, al recordar donde vivo cuando una oscura idea me nubla la mente. . . "No puede ser tan bonito", me temo, "no tan fácil". Y es acá cuando, haciendo un esfuerzo (algo no recomendable en los momentos de digestión), presto más atención a la televisión y caigo en la cuenta de que lo único que nos relaciona con nuestros ancestros grecolatinoses el nombre de la plaza donde comienza a congregarse el mocerío (y cuidado, que en Grecia se le conocía al fulano por otro nombre). Y es que, viendo el personal que se está reuniendo parece que vayan a aplastar al tal Neptuno (¡Dioses del cielo, rescatad al señor de los acéanos de esta marea humana!).

Al parecer, la turba de "sublevados" se está reuniendo en pro de un antigua tradición para celebrar la victoria europea de su equipo de fútbol. Creo que voy a sufrir un corte de digestión. Y lo que más me revuelve las tripas es la trascendencia cuasimesiánica que le están otrogando en la edición informativa de la noche. Entonces, el proceso de corte digestivo comienza a tener sus primeros efectos y, febril, empiezo a delirar. . .

"¿Será que he estado en coma los doce últimos meses?, ¿ será que en todo este tiempo la crisis económica ya ha terminado y el par, la precariedad laboral, la poca vergüenza sindical y política y otros tantos desmanes han abandonado estas tierras?, ¿ será que el dinero público que el gobierno regaló a las entidades bancarias ha surtido efecto y las "honorables entidades" comienzan a soltar la gallina?, ¿ quizá las hipotecas y las deudas han dejado de torturar a tantas familias españolas?. Sí, eso debe ser" pienso emocionado. "Ya no existe la tristeza en el país deOz y la felicidad y la alegría se han instalado por doquier en las calles. Y estas buenas gentes, aliviadas ya de tantas preocupaciones y penurias salen a festejar algo tan trivial como la victoria de un equipo de fútbol".

Es eso o que los que dirigen la barca de Remedios Amaya (no olvidemos en qué puesto quedó nuestra cantante eurovisiva. . . ¡si hasta el Chiquilicuatre lo hizo mejor!) son listos como conejos y saben que el ser humano, cuando se siente amenazado tiende a reunirse con las ovejas. "¡Qué la unión hace la fuerza compadre!", se dicen unos a otros con ojos de ternero degollado. "A ver si el personal ha visto las noticias de las revueltas en Grecia y les empieza a picar el ojete. . ."

Reunión de urgencia, oiga, que peligra el chiringuito montado con tanto esfuerzo. Braim Storming o como coño se diga en idioma élfico, no hay idea mala, mas vale que sobre que no que falte en cuestión de tener alternativas sobre la mesa para salvar el pescuezo.

Por el tema de la difusión mediática no hay problema. Diarios y televisiones ya se encargaron del asunto y pusieron el acento en el desgraciado incidente que ocurrió con la muerte de esos trabajadores griegos cuando el personal le dio candela a un símbolo del capitalismo sin preguntar si había alguien en el castillo. "Bien, bien", piensan algunos aliviados, "que la gente sepa que esa pandilla de inadaptados no son mas que unos marginales y unos melenudos cuyas acciones insensatas no traen mas que desgracias". ¿No habrá a quien le preocupe saber si los altercados violentos fueron protagonizados por algunos a los que les interesaba reventar las legítimas protestas? (mira que esto ya lo pusieron en práctica nuestros primos argentinos cuando el personal comenzaba a pedir explicaciones en las calles de Buenos Aires allá por el 2001). "Mejor que no, mejor que no. . ." rezan unos pocos apretando el esfinter. "Pero. . .¿y si la mecha ha prendido y la gente empieza a encontrarse, casualmente, en el mismo vagón del metro y por pasar el tiempo hasta llegar a la estación comienzan a contarse sus penas ?, igual encuentran a los culpables". "Tranquilo hombre, que vivimos en España que is diferent.

¿Qué el españolito como animal social que es tiende a arrejuntarse cual ladillas en lavabo de tasca barriobajera?, pues nada, psicoterapia al canto y a canalizar toda esa energía acumulada. Angelitos, si en el fondo son tiernos como los teletubis. . .

Para empezar se organiza un macrofestival de música para reunir al ganado en el establo en las noches de verano. Una especie de putiferio bien delimitado y vigilado, montado con tiendas, bares y toda la ostia, que dure varios días para que la chavalería se desfogue y queme calorías. "¡Corre colega, que viene la Shakira y su movimiento de caderas me pone bruto!. Acá, al segundo día, la mitad medio borrachas, pillo fijo. . .".

"De esta manera están controladitos y los cansamos para que duerman bien. . . Y si te descuidas, hay alguno más gilipollas que el resto y se cree un rebelde contestatario de esos que se emporraban en Woodstock. Esto, sumado a las vacaciones de agosto donde todas las costumbres se relajan nos ayudará a ganar tiempo".

"¿Pero para entonces no será demasiado tarde?", podría preguntar algún descreído con voz trémula. "Hasta que llegen las vacaciones necesitaríamos otra cosa para tener apaciguado el rebaño". "Hombre de poca fe. . .¿pero tu no ves las noticias en la tele?, ¡que el Athletic Ha ganado la Recopa!". Sin duda un buen motivo para unir al pueblo (y así colmar sus ansias de arrejuntarse). Todos somos hermanos y nos abrazamos en la fuente del tío ese de los mares. . . "Eso sí, que los medios de comunicación le den el suficiente bombo y platillo a la celebración a ver si se van alvidando de la tontería griege esa. . . Nosotros ponemos la grasa y les quitamos los picores de un plumazo.

Los asistentes al cónclave comienzan a disolverse más aliviados a carcajada limpia. Con la satisfación del deber cumplido y la feria salvada hasta después del verano. "¿Y después?". "Hay que vivir el presente paisano, que no somos nadie, mañana Dios dirá. . ."

Esas risas tétricas se confunden con la de multitud de aficionados que se han congregado en la plaza madrileña para festejar la victoria de su equipo. El estruendo me arranca de mi demencia gastrointestinal. ¿Aún están con esas noticia?, ¡si llevan quince minutos!. Entonces recuerdo las palabras de un viejo compañero de batallas cuando, acodados en la barra de un bar, hace mucho tiempo, y mirando la televisión en una situación semejante farfulló entre dientes: "vomitaré sobre vuestra estupidez". Y así es. Salgo pitando hacia el lavabo para hechar por el retrete hasta el desyuno. . .

JUNIO 2010